El proceso de mi obra escultórica

Las maneras en las que enfrento el proceso creativo de mi escultura son diferentes en cada caso dependiendo del tamaño de la pieza, el material empleado y algunas otras particularidades. Para la obra en proceso que se describe a continuación vale la pena hacer la precisión de que no me es posible imaginar la tercera dimensión de la escultura partiendo de un dibujo. Para subsanar ésta limitante opto por hacer un dibujo tridimensional (aunque propiamente el término sea una incorrección lingüística) empleando para ello alambre, de esta manera empiezan a intervenir factores como equilibrio, balance, armonía, ritmo…

Posteriormente y para ir teniendo cada vez más claro hacia donde me dirijo empleo papel albanene, con este material que emula lo que posteriormente será de acero inoxidable voy siguiendo la trayectoria del dibujo planteado. En esta fase del proceso determino la anchura del material para cada sección, cabe hacer mención de que el espesor del acero no varía porque para toda la pieza empleo placa de 1/2 pulgada, y aquí si un factor importantísimo es que la escultura pueda mantenerse en píe por sí sola.

Otra claridad que me arroja esta etapa de la manufactura es el seccionamiento de las trayectorias, tomando en cuenta su factibilidad técnica para que las uniones se puedan ensamblar y trabajar con menor dificultad.

Concluido este paso procedo a la transportación de los segmentos a la placa de acero, el resultado del corte que obtengo requiere de un trabajo de esmerilado, lijado y posterior decapado de la placa. 

De aquí en adelante me embarco en la aventura de dialogar con el material para recrear el boceto tridimensional descrito con anterioridad, intervendrán una serie de factores que es imposible que el papel y el alambre clarifiquen pero si constituyen un referente que serán las luces en el camino que me guiarán el resto del proceso.

Y así es como se ve casi terminada.